Muchas mineras han logrado llevar adelante sus proyectos sin enfrentarse por el agua con las comunidades y los agricultores. ¿Qué lecciones deben asimilarse para evitar el conflicto?
Compañía Minera Milpo evitó todo tipo de conflicto por el agua con la población de Chincha cuando construyó su mina polimetálica Cerro Lindo. La herramienta fue pionera en el sector: invirtió US$2,5 millones en la construcción de una planta desalinizadora capaz de producir 36 litros por segundo de agua tratada, sobrepasando incluso sus propias necesidades (de 18 litros por segundo). De esta manera la mina consiguió agua, y es posible que hasta el día de hoy muchos chinchanos no estén enterados de la existencia de la mina de Milpo.
- US$41 mil millones de inversión suma la actual cartera de proyectos mineros
- 59% del total de las exportaciones corresponden al sector minero
- 43% se incrementó la inversión minera en el 2010 frente a la del año pasado
Para Manuel Glave, investigador de Grade, el problema no proviene de las mineras sino del desorden que existe en la gestión del agua. “No está claro cuál es la oferta y la demanda del agua por cuencas. Esta es una tarea que recién está comenzando a desarrollar la nueva administración del agua. Eso puede tomar unos dos años más”, comenta. Glave recomienda a las mineras involucrarse en los planes de gestión integral a nivel de cuencas. Algunas ya han aprendido esta lección, pero no son todas. Muchas, aun sin quererlo, se involucran en una competencia con el sector agrícola por este recurso y salen perdiendo. Lo mejor es adelantarse y ‘sembrar’ fuentes de agua. La receta no es nueva, solo falta aplicarla.
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